domingo, 3 de enero de 2010

JOYA FREAK DE UN MAESTRO

Oncemilfreaks dista mucho del carácter y de la obra del gran maestro uruguayo Juan Carlos Onetti. Pero aquí les regalamos una joya que, para algunos, puede ser de mal gusto y, para otros, una de las magistrales piezas cortas que se han hecho emblema de lo que significa escribir un cuento con mayúsculas:


LA MANO

Por: Juan Carlos Onetti

A los pocos días de entrar en la fábrica, cuando pasaba para ir al baño, oyó que algunas compañeras murmuraban y del murmullo le quedó el desprecio:
-La leprosa.
Por su mano enguantada, la que durante años anteriores al guante supo esconder en la espalda o en la falda o en la nuca de algún compañero de baile.
No era lepra, no había caído ningún dedo y la intermitente picazón desaparecía pronto con el ungüento recetado. Pero era su mano enferma, a veces roja, otras con escamas blancas, era su mano y ya era costumbre quererla y mimarla como a un hijo débil, desvalido, que exigía un exceso de cariño.
Dermatitis, había dicho el médico del Seguro. Era un hombre tranquilo, con anteojos de vidrios muy gruesos. "Le dirán muchas palabras y le recetarán nombres raros. Pero nadie sabe nada de eso para curarla. Para mí, no es contagioso. Y hasta diría que es psíquico".
Y ella pensó que el viejo tenía razón porque, sin ser enana, su altura no correspondía a su edad; y su cara no llegaba a la fealdad, se detenía en lo vulgar, chata, redonda, ojos tan pequeños que su color desteñido no lograba mostrarse.
Así que para el baile de fin de año que ofreció el dueño de la fábrica para que los asalariados olvidaran por un tiempo sus salarios, consiguió comprarse un par de guantes que escondían las manos y trepaban hasta los codos.
Pero por miedo o desinterés nadie se acercó a invitarla a bailar y pasó la noche sentada y mirando.
Al amanecer, ya en su casa, tiró los largos guantes a un rincón y se desnudó, se lavó una y otra vez la mano enferma y en la cama, antes de apagar la luz, la estuvo sonriendo y besando. Y es posible que dijera en voz baja las ternuras y los apodos cariñosos que estuvo pensando.
Se acomodó para el sueño y la mano, obediente y agradecida, fue resbalando por el vientre, acarició el vello y luego avanzó dos dedos para ahuyentar la desgracia y acompañar y provocar la dicha que le estaban dando.

martes, 15 de diciembre de 2009

DIOSAS FREAKS No 1

EL CASO EDITH MASSEY

Las divas freaks son las versiones opuestas a Marilyn Monroe, Joan Crawford, Greta Garbo, Louise Brooks y Sofía Loren: deben tener una deformidad, una perversión o un papel insustancial. La gracia de esta anciana gorda es opuesta a la falta de gracia de esas "bonitas" que aparecen en comedias de medio pelo: creen que porque tienen una limada y deliciosa sonrisa perfecta los espectadores nos deberíamos reír de sus cuchufletas e idioteces.
Nuestra primera diosa de diosas, la gran omnipotente y olímpica. La fuente principal del talento del director John Waters: porque son flojas y aburridas las películas en que está ausente esta magnífica mujer, si exceptuamos el caso "Mondo Trasho" (que se salva por una escena final muy interesante).



Edith Massey, nuestra gran diosa, es la poseedora de una maravillosa sonrisa desdentada. No por la escasez de dientes ni por su deformación, el espectador dejará de echarse una que otra carcajada cuando tiene el privilegio de verla en alguna de las películas. Por un trabajo dental ella padecía un problema del habla. Pero lo mejor de todo es su labor como actriz: ella es la metafísica cara de la fealdad y el cine basura de John Waters. Si ésta mujer no se hubiera atravesado en la vida del director, tal vez sus películas tendrían que sobrevivir con el pobre histrionismo y la gritería pelmaza de Divine, o con la rebeldía posuda de sus últimas películas. Sin Edith Massey quizá John Waters no habría pasado a la historia como un abanderado del Bad Taste sino como un director friki que tuvo el privilegio de dirigir a un travesti gordo comiendo mierda de perro.
La gorda monumental nació el 28 de mayo de 1918 en San Francisco (California). Los primeros años de su vida fueron duros: vivió en un orfanato en Denver hasta los quince años, de donde posteriormente fue reclutada para que cumpliera funciones de criada. Cuando se cansó de esa vida, escapó y fue capturada por la policía. Su destino fue un reformatorio.


Se casó en Reno (Nevada) en 1946 con un soldado. Ella dice que fue el día más feliz de su vida a pesar de que después de la ceremonia fue sola a cine y al casino. En 1951 se separó. Trabajó en oscuros empleos hasta que se mudó a Baltimore, en donde trabajó como mesera de un bar en el Pete's Hotel. Allí conoció a John Waters: el director quedó impresionado con su carisma y le ofreció un papel -el de Virgen María- en la película "Multiple Maniacs" (1970). Por la época renunció a su empleo y creó una tienda de segunda llamada "Edith's Shopping Bag".
Su segundo papel fue en "Pink Flamingos" (1972). Interpretó a mamá Edie, la mujer huevo: imagínense una mujer de 53 años, con sobrepeso, en paños menores, mostrando sus voluminosas carnes y derramando yema de huevo en sus senos. Dormía en una cuna sin limpiarse parte de las cáscaras y claras de huevo que se comía y le colgaban de la boca. El día de su matrimonio con el vendedor de huevos es llevada con gran ceremonia en una carreta como si fuera un bulto de papa. Definitivamente ese personaje salva a la aburrida película más famosa de John Waters. Desde esa época fue conocida como The Egg Lady y empezó a cazar miles de fanáticos que la seguirían en su carrera musical con el grupo de punk Edie and the Eggs (la canción "Big girls don't cry" puede encontrarse en el compilado "The World's Worst Records Vol. 1" de Rhino Records).
En 1974 interpretó a Ida Nelson en la película "Female Trouble". Una mujer que odia a su vecina y empecinada que su sobrino se vuelva homosexual. Lo más impresionante es un topless de ella mirándose al espejo y acariciándose los senos (quizá el semidesnudo más antiestético y gracioso de la historia del cine). También tiene gracia el vestido de cuero de dominatrix en que forran esas abultadas carnes y el maquillaje chillón con que embadurnan su cara.
Tres años después fue la Reina Carlotta de Mortville en la película "Desperate Living" (1977), su mejor papel y quizás la obra maestra del John Waters. El non plus ultra del mal gusto. Para algunos será una película asquerosa, para otros una obra maestra hilarante. Aquí Edith Massey es una reina tiránica que domina un territorio de lesbianas, asesinos, deformes, depravados, etc. Quizá lo más absurdo de todo son dos escenas: la primera es un desfile de la reina por el pueblo, burlándose de los súbditos y gritándoles "Hola imbéciles, hola feos"; la segunda es una escena de sexo "repulsivo" y epiléptico entre la reina y uno de sus sirvientes con una curiosa pinta a lo Village People: cuando el hombre empieza a besar a Carlotta, ella le grita con furia que se ocupe solamente de darle placer entre las piernas (muchos piensan que esta ira sexual es sólo privilegio de las mujeres bonitas). La escena erótica muere tras los alaridos furibundos de la reina, es imposible no reírse. En esta extraordinaria película, Edith compite en mal gusto y pésima actuación con Jean Hill, una negra con sobrepeso que interpreta a Grizelda Brown, una empleada de servicio alcohólica y asesina que ha logrado -para la historia del cine- ser participe de la escena de sexo de lesbianas más espantosa del universo (es la versión mujer-mujer de una hipotética escena gay del Chómpiras y el Botija en el clásico programa de Chespirito). Pero la Massey la supera con creces, ella es excesivamente simpática.
































































Por último, haremos un sumario de su vida posterior a John Waters: interpretó papeles en películas del mismo John Waters y otros directores pero no con la misma gracia de las primeras películas; creó una línea especial de dientes falsos con el modelo de los suyos; se hizo millonaria y trasladó su tienda a Venice, California (que aún subsiste); apareció en un video de John Mellencamp en los años ochenta; y, en Octubre de 1984, murió de cáncer y complicaciones de diabetes. Fue enterrada en el Westwood Village Memorial Park Cementery de Los Ángeles.
Edith Massey fue una mujer fea. De una fealdad de la que podrían burlarse. Pero ese espanto de mujer era enormemente estético: esa es la contradicción. Mientras que vemos a esos flamencos de mujeres elegantes que tratan de parecer bromistas para seguir siendo coquetas, Edie era la encarnación del carisma. Una mujer tremendamente divertida y hermosa. Una definitiva diosa freak, el puñal que destroza la espalda del concepto tradicional de belleza femenina. Hail Edith!
Les dejo unas preciosas postales para toda ocasión:
























viernes, 6 de noviembre de 2009

PORNO PURO Y DROGAS

Esta vez, en los oncemilfreaks, reseñaremos dos películas que ya podrían considerarse clásicos. La primera es "Destricted", del año 2006. Una colección de cortometrajes con la etiqueta de producir cine arte con pornografía. El tan vilipendiado género del cine porno tiene sorpresas tan hermosas como "El imperio de los sentidos" de Nagisa Oshima y pretensiosas piezas como "Viólame", que a mi modo de ver no cumple con las condiciones para ser una buena película ni para entretener el cuerpo como cine porno (aunque Karen Lancaume no deja de ser hermosa).
En esta oportunidad, "Destricted" (que significa a la vez restringido y explícito), es un buen intento para hacer del porno un género respetado. El primer corto "Balkan Erotic Epic" tiene un aire de estudio antropológico: una mujer narra las costumbres de un pueblo, que van desde masturbarse para que llueva hasta hacer beber al marido un brebaje con un pez que murió en la vagina de su esposa.


El segundo corto "Sync" es una sucesión de imágenes de películas porno, encadenadas por una secuencia narrativa que va al compás de música con mucha percusión.
El tercero, "Impaled", es uno de los más largos. Dirigido por Larry Clark (Ken Park, Kids) y protagonizado por la veterana Nancy Vee y un adolescente llamado Daniel. El corto no tiene más pretensiones que mostrar un casting tradicional de porno y la consumación: follar, follar y follar.

De "House call" no creo necesario hablar: a muchos les disgusta que parezca una simplona grabación de una película porno en televisión (se puede calificar simplemente con un "no dice nada").

"Death Valley" tiene algo llamativo, no deja de ser interesante que un vaquero se haga la paja en un sitio desértico cuando durante muchos años se consideró la masturbación y el onanismo como una forma de matar o de hacerse estéril.


"Hoist" de Matthew Barney (un gran director del que hablaremos en otro artículo) es un cortometraje bizarro de un hombre haciendo vasijas con semen o puliéndose el pene. Surrealismo puro, hombres con un nabo en el culo, vehículos para construcción de viviendas, hongos y mugre.
El último cortometraje "We fuck alone" es una de esas joyas a las que nos tiene acostumbrado Gaspar Noé: una pareja se deleita viendo porno mientras la mujer se masturba con un oso de peluche y su novio punkero se folla una muñeca inflable con un revólver.
Esta colección de cortos tiene su encanto. No debe pasar desapercibida para los amantes de los placeres de la carne en cine.
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La otra cinta de la que vamos a tratar es "Liquid Sky", del año 1982. Dirigida por el ruso Slava Tsukerman en Estados Unidos. Es considerada una película de culto y con justa razón: su argumento es una psicótica mezcla entre historia de drogas, modelaje, new wave (la banda sonora es "de puta madre") y las fantásticas narraciones de estraterrestres. No es extraño que los espectadores de este largometraje se sientan contemplando a mujeres modelos con un extraño parecido al andrógino David Bowie y bailarines drogados con la facha de Robert Smith, el cantante de The Cure. "Liquid Sky", que en la jerga yonqui significa heroína, trata de unos extraterrestres microscópicos enloquecidos con las drogas y el sexo.
En ese mundo de modelaje, música y drogas van desapareciendo o muriendo todos los que tengan un orgasmo. La estética psicodélica, la música, el guión de frases cortantes, las largas discusiones alocadas de algunos personajes, el repetitivo "tono" de las imágenes, las poses y la parquedad de expresión de los protagonistas hacen de esta película una extravagante historia semejante a las pesadillas de ácido lisérgico.

Más razones para considerarla una película digna de ser vista: las tomas tienen mucho colorido (con tonos tan fuertes como los del pop-art); su protagonista, Margaret, y su antagonista, Jimmy, son representados por la misma persona, Anne Carlisle (una andrógina modelo que cuatro años después haría el papel de travesti en "Cocodrilo Dundee") -y en ambos, tanto como hombre y como mujer, actúa de forma impecable... Es memorable la escena en que se folla a sí misma.
Opiniones sobre la película: "una de las piedras fundacionales del cine indie" (Dan Person, current.com); "la más cómica, alocada y perversamente hermosa película de ciencia ficción jamás producida" (New York Magazine"); "Difícilmente habrá una mejor metáfora para la respuesta de un director extranjero a la ciudad de Nueva York y las más extremas alternativas del New Wave" (Janet Maslin, New York Times). Creo que con eso basta para despertar curiosidad.







































sábado, 24 de octubre de 2009

¿PUEDE SER SEXY UN PSICÓPATA?

Lo primero sería definir qué es ser sexy. Debe ser una expresión para referirse a lo atractivo en términos sexuales. ¿Qué es atractivo en términos sexuales? Una tautología, lo atractivo en términos sexuales es lo atractivo en términos sexuales. Aquí es dónde lo concreto de cada respuesta atañe a la frase estúpida "entre gustos no hay disgustos". Pero esa conformista frase no ha podido evitar que algún enamorado asesino le arranque la cabeza a su esposa, distraída en entretener el gusto sin disgusto de un amante de pene más grande o de mejor rendimiento sexual.
Creo que lo que más atrae en términos sexuales es la selección de tiempo, espacio y sujeto-objeto de deseo. ¿Cuál debe ser el tiempo, el espacio y el sujeto-objeto de deseo apropiados para ser sexy? Otra tautología, pues el tiempo, espacio, lugar y sujeto-objeto apropiados. Ejemplos temporales: a los que les gusta tener relaciones sexuales por la noche, o desayunar tirando, el polvo al atardecer, entre otros. Ejemplos espaciales: "he soñado con tener sexo en la playa", "me gustaría follarme a mi mujer en una fábrica de conservas", "me encantó meterle el pene en la cocina", "¡Qué agradable fue fornicar en ese basurero!", "Me gustaría tener sexo contigo en esta sala de velación". Ejemplos de sujeto-objeto: "me gustan las mujeres de culo aplastado", "desde que la conocí me gustan con una teta más grande que la otra", "me gustan los hombres de testículos escurridos", "las mujeres de cara fea siempre son mejor polvo", entre mil valoraciones más. ¿En qué estado vamos con la definición de ser sexy? En ninguno. Las preferencias de atractivo sexual por diferentes razones son infinitas y similares al caos. Lo que hace que algo indeterminado se haga determinado es la preferencia de cada individuo. Sólo que la forma mágica de conquista sigue siendo un misterio, eso que llaman "química" entre parejas no es más que una inexplicable hipnosis de serpientes. Racionalizar el gusto a veces termina minando el mismo sentido del gusto.
Lo que si está claro es que el atractivo sexual es la determinación de un cierto orden en un caos. Es lo que está en la base fundamental para la explicación de la belleza: una gran sensación de armonía ("cosmos") en un gran mar de disonancias ("caos"). Esto no deja de ser una valoración moral y mentirosa del mundo, pero creo que es lo más cercano a una definición del atractivo sexual. Lo sexy es entonces un sucedáneo light de lo bello, una expresión utilizada por psicólogos de pareja y matrimonios modernísimamente aburridos.
Pero lo que realmente nos aterra de esa definición es que no está definida. El atractivo sexual es, junto con la belleza y la vida, una constante experimentación de formas en lo amorfo, una variación ordenada dentro de variaciones desordenadas. El momento justo del atractivo sexual, de lo sexy en su máxima potencia es una contradicción: tal vez no haya nada más impresionante para el conquistado que sentir lo inesperado de ese atractivo sexual, lo desconocido (es decir, la indeterminación de ese momento determinado o lo inesperado de ese momento esperado). Ejemplos de tiempo: que para alguien fiel resulte erótico poner cuernos en el momento justo de la fiesta del propio matrimonio. Ejemplos de espacio: tener sexo cerca a un pozo séptico con una persona obsesionada por los olores. Ejemplos de sujeto-objeto: una mujer bonita y ninfómana teniendo sexo con un albino deforme y maloliente, después de diez años de secuestro y que el polvo le guste más que todo el sexo que haya tenido en su vida. Los ejemplos anteriores hacen referencia a situaciones extremas. La idea es que lo sexual se estimula más con la transgresión de los propios límites. ¿O no se han visto nunca envueltos en un polvo donde al final dicen "Jueputa, yo no sabía que yo era así"?
Ese asombro final, ese "¡mierda, qué puta soy o qué cachondo soy!" no es más que el asombro por esa pulsión desordenada, que se llama sexo, organizándose en sus mil y una formas de aberraciones o preferencias. Este caos sexual se convierte en orden en el momento apropiado. ¿Cuál es el momento apropiado para ser sexy? Pues el momento apropiado para ser sexy (no basta sólo con que se pare el pene, se humedezca la vagina, se paren los pezones y todos nos pongamos rojos y calientes; basta que tengamos un polvazo inolvidable, algo que transgreda los propios límites del cuerpo aunque para transgredirlos sólo nos baste el cuerpo).
En ese momento justo, el momento apropiado (en el que lo inapropiado deja de serlo o la dualidad apropiado-inapropiado se convierte en un sinónimo divino), es en el que llega la atracción. Es algo indomable como la arrechera de un cura. La atracción sexual entonces tiene algo de místico porque logra que esas dualidades (orden-caos, atractivo-pocoatractivo, determinación-indeterminación) sean una unidad. Con esto podría explicarse la excitación de personas follando con desconocidos; las fantasías maritales o quinceañeras del admirador secreto; el sexo en el primer día de conocerse; el acceso carnal pausado y con permiso de esa prima o primo que siempre quisieron tener entre las sábanas y que sólo se dio hasta el día de las bodas de oro de los abuelos. Aquí está la belleza de la fascinación con lo inesperado.
Para dar una definición más completa de lo sexy, daré ejemplos de lo no sexy. Pertenecen a mi vida personal. Por eso diré el milagro pero no el santo. Ejemplo no sexy de tiempo: se me salió un pedo en un encuentro sexual con una mujer, ella no se dio cuenta pero yo se lo confesé (no paró de repetirme "¡Qué seba! ¡Qué seba!", supongo que era el momento apropiado para el pedo pero no para el encuentro. Y rematé, para darle más erotismo al asunto, "tranquila, es de los que ladran y no muerden"). Ejemplo no sexy de sujeto-objeto: tuve un detalle especial con una novia para pedirle perdón y muchos años después, en mi afán de originalidad, tuve el mismo detalle con otra y no surtió el mismo efecto (se me olvidaba que las personas son distintas); el día de los inocentes, pensando que una mujer me quería, hice una "pega": le dije que me iba a vivir a otro país (como yo no era el sujeto-objeto de su preferencia ya sabrán ustedes lo lamentable que resultó la broma). Estos ejemplos deberían cumplir la función de explicar un concepto antes que proponerme a mí como ser indeseable. La pretensión de este ensayo es buscar una claridad y no hacer sexy a quien lo escribe.
Definido el concepto de lo sexy vamos con el concepto de psicópata. Podríamos limitarnos a decir que psicópata es un enfermo mental. Pero esa definición básica podría ampliarse al hecho de que es un enfermo mental que en cierta medida causa un perjuicio a la sociedad. Si quisiéramos ir más allá podríamos limitarnos a dar una definición excesivamente burguesa: "psicópata es todo aquel que tiene síntomas de locura y merece ser encerrado". En esta última hasta los neuróticos en determinados momentos deberían parar en el manicomio.
Para relacionar el concepto de lo sexy con psicópatas es preciso limitarnos al caso de psicópatas asesinos (no que hayan tenido intentos de asesinato sino que efectivamente hayan asesinado). El acto de matar tiene más de una relación con el acto sexual: dejando a un lado el suicidio y la masturbación, podríamos decir que ambos se realizan entre dos o más personas (es decir, hay una intimidad, una relación amante-amado en el coito y una relación asesino-víctima en el asesinato); independientemente de que produzcan placer o dolor, ambos involucran una relación en donde la mayoría de veces el cuerpo es utilizado de alguna forma; tienen una motivación en sí mismos, en el caso del asesinato es suprimir y en el caso del sexo (sin contar con el principio de placer en sí mismo) es una función reproductiva -son funciones complementarias, procrear y destruir-. La definición misma de lo sexy es aplicable a la definición del acto psicópata de matar.
Si uno tiene la obsesión psicológica por definir perfiles mientras pasea por la calle y además es apasionado de la fisiología, podría entretenerse diciendo que tal anciano es asesino, aquella monja es ninfómana, ese niño se masturba mucho, ese gordo se acaricia el ano con una esponjilla, tal o cual personaje ha ahorcado a dos o tres, y así, hasta el infinito, atribuir personalidades injustamente como quien le pone un sombrero a alguien. Esa indeterminación también se da en el sexo, ya lo habíamos visto. Quizá no tengamos las agallas para abrirle la boca a un paseante y preguntarle si le gusta la coprofilia, así como tampoco le preguntaríamos a un asesino si las manchas de semen que tiene en el pantalón corresponden a los sobrantes de lo que dejó en una mujer asesinada y violada. El sexo y el asesinato son actos íntimos y por lo mismo inconfesables, en una época pecaminosos.
La indeterminación determinada en el asesino ya viene en el momento del crimen como tal. Así como existe el hombre y la mujer irresistibles, el momento de excitación más brutal del universo, los seductores "que nunca han sido rechazados", también es frecuente la existencia en el mundo de ese mito perverso del asesino y el crimen perfecto. De hecho este último es una gran obsesión de las novelas policíacas, casi siempre es un asesinato donde la habitación está cerrada por dentro. Pero ni los escritores ni los asesinos han podido dar con ese misterio. ¿Por qué? Porque es indeterminado. Porque los crímenes casi perfectos se parecen a la divinidad del momento en que lo determinado y lo indeterminado se unen, donde lo imposible se hace posible (y entonces es cuando suceden los crímenes jamás resueltos -jack el destripador, entre otros-, o en el amor, cuando suceden los polvos irrepetibles parecidos a la forma en como los tontos suponen que hacen el amor los ángeles, con fuegos artificiales y momentos tan parecidos a películas malas de cariño melcochudo... polvos irrepetibles).
¿Cuál es el momento perfecto para cometer un acto sexual perfecto o un crimen perfecto? Cualquier momento (es decir, la indeterminación). Pero, ¿Cualquier momento es perfecto para cometer un acto sexual perfecto o un crimen sin tacha? No, debe ser el momento apropiado (es decir, la determinación). Es algo simultáneo. Es saber elegir en el caos, es meter la mano en el río revuelto de los sueños para interpretar el mundo. Ahí es cuando el mundo de lo absurdo y de lo divino entra en la vida de los hombres. Simplemente el polvo sin mella y el crimen sin huella no tienen explicación, son así y punto. Por eso podrían considerarse hermosos si no tuvieran una connotación moral, y un perjuicio en el caso del asesinato.
Ejemplos de psicópatas asesinos. Ejemplos temporales: si el asesino mata en el tiempo adecuado no lo descubren. Ejemplos espaciales: igual que con el ejemplo de tiempo. Ejemplos de sujeto-objeto: matar a la persona apropiada para no dejar huellas; muchas veces una víctima lo suficientemente fuerte para defenderse ha ayudado a esclarecer crímenes y poner en evidencia al asesino; otras veces una víctima inoportuna ha permitido a las autoridades seguir las huellas del asesino. Ejemplos de psicópatas asesinos que se pusieron en evidencia. Ejemplos de tiempo: uno de los asesinos más famosos del mundo, Andrei Chikatilo, ucraniano, que confesó más de 53 asesinatos, fue visto por el sargento Igor Rybakov el 6 de noviembre de 1990 lavándose las manos en una fuente y una semana después encontraron un cadáver que llevaba ese tiempo de muerto (este ejemplo también valdría como ejemplo de espacio, el asesino se había librado de muchas sospechas -el semen encontrado en las víctimas no concordaba con su tipo de sangre, después se enteraron que la sangre y el semen de Chikatilo eran de distinto tipo-). Ejemplos de espacio: Issei Sagawa, el caníbal superestrella de Japón - que se comió a una holandesa y es estrella de los medios en su país-, dejó una maleta con parte del cuerpo de la mujer en un parque, no se preocupó por ocultarlo. Ejemplos de sujeto-objeto: Bob Berdella fue puesto en evidencia cuando una de sus víctimas escapó, el "carnicero de Kansas" había matado y desmembrado a seis hombres jóvenes.
En ningún momento estoy considerando el asesinato como algo hermoso, sólo trato de demostrar que las condiciones apropiadas para el acto de asesinar deben ser similares a las que se crean entre personas que se atraen sexualmente. No me atrevería a opinar que haya un aparente acto sexual entre asesino y víctima. Se dice que muchos psicópatas tienen problemas sexuales que sólo encuentran una liberación en el acto de matar, pero eso no implica que una víctima deba sentir una atracción sexual por el psicópata que la mata. Sería cuestión de resucitarla para saber sus impresiones. Sé que podrían escandalizarse con esta relación sexo-asesinato, que en otros términos podría llamarse amor-odio, vida-muerte. Pero esta relación entre sexo y muerte (eros y thanatos) tiene una base biológica: en ambos actos, tanto en el orgasmo como en la muerte, se liberan endorfinas al torrente sanguíneo que producen placer y hasta adormecimiento. Son fuentes de placer o respuestas biológicas para combatir el dolor. Por eso dicen que las experiencias cercanas a la muerte son tan placenteras.
¿Qué quiero decir con esto? ¿Que si nos encontramos con un psicópata hay que dejarse matar? El interés de este ensayo es buscar una justa valoración estética de todos esos momentos. Es decir, lo atractivo sexualmente nos atrae mientras que lo psicópata nos repele. Pero, ¿es justa la valoración que hacemos de ambas cosas? Si nos equivocamos a la hora de hacer un negocio, que exige las mismas condiciones (tiempo, espacio y sujeto-objeto), ¿no estaremos errando por prejuicios en la identificación de un hombre o una mujer sexy, así como en la caracterización del perfil de un psicópata? ¿No hemos considerado sexy a uno de esos tontos que se muerden los labios cuando le toman fotos, a una de esas pelmazas que vomitan los labios para parecer más atractivas? ¿No hemos pensado injustamente que un psicópata es un idiota de camisa de cuadros que se duerme en una fiesta o que estudia mucho para no ver revistas porno y recibir los azotes lujuriosos de unos padres opresores? Pues aunque esperar un poco para conocer mejor a alguien con problemas pueda ser peligroso (corre uno el riesgo de ganarse acosadores o ser asesinado), me parece que esas decisiones apresuradas o "paranoias" (sentirse acosado por once mil engendros o evitar untarse de personas extravagantes) pueden caer en una falta total de gusto. El hecho de apresurarse en los negocios, mirar un cuadro con despreocupación por sus matices, leer pedazos de una novela al azar (y juzgarla por puntos muertos), ver la mitad de una película esperando que le cuenten el resto, conocer a alguien por lo que le digan los demás de él(ella), ir a una obra de teatro para darse un baño de popularidad, juzgar a una persona por un error, entre otras cosas, son las formas que constituyen el estúpido juicio estético y light que caracterizan a esta sociedad nuestra que nunca tiene tiempo para nada. Por eso los productos culturales son tan mediocres. Por eso las parejas sexuales que se forman siempre son el producto de lo mismo que critican. La valoración estética de cada cosa está permeada por la falta de paciencia, por un deseo absoluto de producir lo mismo de siempre, la falta de gusto enmarcada en conceptos que suenan bonito o que le dan un sabor insípido a la cultura. Piénselo, por juicios así, tal vez tengan la ventaja de salvarse de un asesinato pero también se estarán perdiendo la oportunidad de un polvo salvaje con un hombre de manos pequeñas o una mujer que huele mal.

martes, 13 de octubre de 2009

EDIPO Y LAS TETAS

Este es un cuento que su autora no sabe definir si es erótico o porno. Para los oncemilfreks es porno, porque el porno es bueno. Ella es la culpable del blog (http://www.laurajuliana.wordpress.com/). Algo de romanticismo tiene, pero nos interesan sobre todo contundencias del calibre de "...Amaba a la mujer de tetas miserables".

Publicado con autorización.

EDIPO Y LAS TETAS


Por: Laura Juliana Muñoz

Tenía calor, asco y poca excitación. A los trece años no le llamaba la atención cambiar los juegos de video por una prostituta vieja que había dejado su sensualidad desperdiciada en decenas de sábanas ajenas.

Las tetas fue lo primero que Edipo reconoció en la mujer que su padre había contratado. Como si fuera una tradición hacerse varón antes de la adolescencia y como si ser varón fuese una cuestión de sábanas.

Ella ya estaba desnuda. Lo esperaba hacía rato sentada en un sillón viejo de cuero. Sus labios estaban pintados cuidadosamente para darle un poco de vida al rostro opaco, manchado, que mostraba las ojeras de noches en vela; insomnio de infortunio más que de pasión. Sus piernas estaban cruzadas aparentando la dignidad de una dama y su mirada reflejaba la tranquilidad con la que había aprendido a hacer su trabajo. Edipo siguió pendiente de sus tetas, no por lo desnudas o provocativas, sino por lo miserablemente pequeñas. No eran pequeñas como las de una francesita, ni como una niña de doce años. Eran tetas que levantaban sutilmente la piel, respingadas, suaves, que permitían ver algo de hueso.

Con un empujón no violento sentó a Edipo sobre la cama. El miedo no le permitía hacer nada al muchacho. Ella le sonreía, pretendiendo ser amigable, le quitó los zapatos y le bajó el pantalón. La camisa se la dejó puesta, esto iba a ser algo rápido aprovechando que no era un cliente exigente.

Vio con tristeza que el joven no estaba excitado. Entonces recurrió a un viejo truco: tomó el flácido pene y lo puso entre sus pequeñas tetas, siempre calientes y suaves. Luego lo empezó a acariciar con la mano con la que escribía y, mientras lo estimulaba, subió a su cara para rozarle los ojos y los labios con sus pezones puntiagudos.

Edipo sintió la misma sensación que le generaban las modelos voluptuosas, los sueños húmedos, y las nalgas de su empleada doméstica.

En menos de un minuto, la mujer consiguió ‘levantar’ la situación. Se sentó en él, mientras guiaba con sus manos a los lugares que debía acariciar, explorar y apretar. Edipo tocó sus nalgas, frías y maleables, renunció rápidamente. Luego, siguiendo la instrucción de la ‘experta’, masajeó su clítoris, pero tampoco le llamó la atención. Por la espalda no quiso pasar por el asco que le producía el sudor añejo de la mujer, que estaba asfixiada moviéndose de arriba abajo y circularmente. Finalmente, las manos de Edipo terminaron en las pequeñas tetas. Era el único lugar que no se movía, no tenía estrías o gotas saladas de sudor.

Luego, por iniciativa propia, quiso chuparlas sin pensar en la leche, en su madre o en sus hermanas bañándose. Las tetas pequeñas del tamaño de un limón, dulces, de los huesos de las costillas. Eso fue lo que realmente le excitó, pues ya se había olvidado de la mujer, del pene, de la eyaculación y del asco. Por primera vez sintió que estaba enamorado. Amaba a esa mujer desarreglada, amargada, vieja, con el corazón frío por la soledad del sexo sin alma. Amaba a la mujer de las tetas miserables.

Por varios meses la siguió visitando a pesar de que ella no lo recordaba. Edipo escuchaba, al pie de su puerta, los gritos de orgasmos fingidos, las palabras sucias y las quejas que la mujer recibía por tener senos tan pequeños. La observaba de lejos, temía que lo odiara por su insistencia. Consiguió, con alguna de sus mañas, que los celadores del lugar le permitieran entrar y así poder buscar un hoyo en las paredes del escenario en el que ella bailaba y vendía su cuerpo.

Edipo creció y la dejó de amar, pero no dejó de amar a sus tetas. Las buscaba con desespero en cada una de sus relaciones, de sus polvos, de sus fantasías e, incluso, de sus empleadas.
El escritor y poeta Ibn Hazm de Córdoba dice en El collar de la paloma -tratado sobre el amor y los amantes- que cuando se aprende a amar el defecto de una persona, es imposible dejar de buscarlo en el nuevo amante.

A sus veinticuatro años Edipo había tenido pocas relaciones porque era más selectivo que un vegetariano. Realmente no se había dado cuenta por qué rechazaba a algunas mujeres y a otras no. Pensó que simplemente el hecho de ser tan codiciado lo había vuelto arrogante. No era eso.

Kika lo invitó a darse una ducha con ella, desnuda, húmeda, dispuesta a ser penetrada, con la lengua sedienta de sexo. Al comienzo, Edipo se apresuró a entrar a la bañera. La ilusión de tener entre sus piernas un cuerpo joven, vital, ágil, y resbaladizo le generó una rápida erección. Pero cuando entró, su rostro cambió, y su pene se metió como una tortuga escondida en su caparazón. Kika estaba sensualmente rodeada por la espuma, con la que jugueteaba enjabonándose el clítoris, las piernas largas, y sus senos, sus voluptuosos senos. Edipo sintió náuseas, las mismas que se sienten después de haber comido mucho. Sintió en su garganta leche que se desbordaba, y sus manos las sintió pesadas, imaginando angustiosamente que tenía que cargar con los senos de Kika mientras la poseía desde abajo. El encuentro terminó rápidamente, y Kika no volvió a aparecer.

Sonya llegó un día sin ser llamada. Presentó una propuesta administrativa para tener algún cargo en la empresa de Edipo. Después de ser anunciada por la secretaria, Sonya entró al despacho del gerente. Llevaba puesta una falda roja que llegaba hasta cinco dedos por encima de la rodilla. Era un traje ajustado que dejaba ver muy bien las curvas de sus nalgas. La blusa era blanca, y los dos primeros botones de arriba hacia abajo estaban desapuntados, lo cual no era un gesto muy atrevido ya que no tenía senos sobresalientes que escandalizaran al personal. Pero su escote sí llamaría la atención del entrevistador.

Edipo sonrió y se inclinó para darle la mano, cuando lo hizo percibió que Sonya se había aplicado perfume sutilmente en la mitad de su pecho. Eso lo excitó inmediatamente, y se sintió apenado al ocultar detrás de su escritorio la erección que deformaba las arrugas normales de su pantalón.

Sonya era inteligente, y tan solo era una muchachita de veinte años que acababa de terminar su tesis de grado. Edipo quiso seguir indagando en su escote. Sonya salió de su oficina segura de que recibiría la llamada de Edipo.

La tarde fue eterna para Edipo. La sangre acumulada en su pene no quiso circular, solo respondía a la mente que imaginaba los pezones de Sonya rozando el brasier de algodón que utilizaba como una manera de disimular su carencia. Él pensaba en las tetas de ella, sus dulces, pequeñas y miserables tetas. Pensaba en el olor detrás del perfume, en la piel suave que nunca había sido forzada por el crecimiento repentino del busto, y en la punta de los pezones ¿qué sabor tendrían? Quiso invitarla a cine, para que en la oscuridad pudiera meter la mano debajo de su blusa y acariciarla; o tal vez a un café, para que el olor alcanzara a cubrirle el pecho y tener todo el día tetas con un aroma intenso y estimulante. No podía llamarla a decirle nada de eso, Sonya solo había pedido trabajo y quizá lo último que le pasaba por la mente era que su jefe quería quedarse dormido chupándola en el lugar que ninguno de sus antiguos polvos había querido recorrer.

Edipo la contrató e hizo que se instalara en una oficina cercana a la suya. Empezó a salir frecuentemente con ella, y no fue difícil para un hombre rico y apuesto llevarla a su apartamento y tenerla desnuda encima de la cama, del tapete, de la mesa de la cocina, del escritorio, o donde fuera necesario para tomarla fuertemente entre sus brazos y apretarla contra su pecho.

No la desvistió completamente, la dejó solo con una tanga negra porque le gustaba quitarla con la boca para sentir más cerca el aroma de su sexo. Tenía, al fin, entre sus manos los pechos de la prostituta. Se sentía pleno, feliz, excitado.

Luego empezó a masturbarse delante de ella, quien parecía muy satisfecha de estar entre sábanas de seda que nunca había tenido, de pensar que pronto se podría dar un baño de burbujas en un jacuzzi fino, de olvidar por un momento que era hija de una puta y sentir placer con lo mismo que su madre se ganaba la plata.

Edipo creía que Dios había hecho el pene, los pezones, los labios y el clítoris del mismo material. Estaba seguro de que su miembro era, en realidad, una parte de la punta de las tetas que tanto le excitaban.

Eyaculó encima de ella. Quiso embadurnarle completamente los senos, lo cual era muy fácil porque no era mucha piel para cubrir. Luego la abrazó para untarse también y empezar a resbalarse fácilmente entre sus piernas y llegar a lo más profundo que pudiera alcanzar.

Esa noche Edipo fue feliz. Durmió chupando los pezones de una desconocida. Durmió al lado de su puta sin tetas.

sábado, 10 de octubre de 2009

MANEJO DEL ESTRÉS EN LA TRINCHERA

Desde Holanda nos llega este cuento sobre la
primera guerra mundial. Su autor es The Blacksmith, una colombiana que regenta este blog http://latierradelconejo.blogspot.com/. Disfruten de esta hermosa pieza corta:




MANEJO DEL ESTRÉS EN LA TRINCHERA

Por: The Blacksmith


Pies hinchados, como si de gigante se trataran. Aburrido, el soldado clavaba su bayoneta en ellos, como esperando que un surtidor de fluidos cobrara vida y trajera algo de luz a sus apagados ojos. A lo lejos, los gritos de dolor de un soldado al que le cercenan las piernas, pero ¿qué era ese llanto? ¿Llanto de alegría por ser aliviado del acuciante dolor? ¿Temor de perder la humanidad conforme a la reducción del cuerpo en muñones? Embriagado en sus reflexiones, el soldado no se percató de la malvada mirada de la rata. Cebada en cadáveres, la gorda rata azotaba su larga cola mientras carcajeaba mostrando los ennegrecidos dientecillos de su cara desnuda. No se movió. Dejó que la rata se acercara, subiera cautelosamente a los monstruosos miembros y se sintiera confortable... Entonces, con un violento aventón de las piernas lanzó la rata al aire. Un gruñido le indicó que la rata había aterrizado exitosamente sobre su vecino más cercano, el francotirador que por error le había volado la cabeza al escocés hacía dos horas. Sabía que esta vez la rata no estaría de tan buen humor. Pero él sí que lo estaba ahora.

lunes, 5 de octubre de 2009

SPIKE AND MIKE'S FESTIVAL DE ANIMACIÓN ENFERMA Y RETORCIDA

Una tarde de hace cuatro años tuve un feliz encuentro: di con "Spike and Mike's Sick and Twisted Festival of Animation". Trabajaba para un medio de comunicación y mi jefe llegó con ese inconseguible casette de VHS. Llamó mi atención el primer cortometraje: una gorda se masturbaba en su automóvil hasta que el clímax la hacía estrellarse violentamente contra algo que no recuerdo, un árbol o una pared.

Entonces me volví adicto a esa animación para adultos que ha sido tan popular en series como La casa de los dibujos, Los Simpsons, Padre de Familia y South Park.
Todo empezó en los años setenta cuando Craig "Spike" Decker y Mike Gribble fundaron la productora Mellow Manor Productions, Inc. en Riverside, California. El propósito era promocionar bandas de rock y proyectar películas de terror y clásicos del cine. Después del año 1977, decidieron presentar y enfocarse en animación copiando el modelo del Fantastic Animation Festival. De ese proyecto de animación nacieron varios clásicos de las caricaturas para adultos (Bambi meets Godzilla de Marv Newland, Charade de John Minnis y Western de Gabor Homolya). Aquí les dejo los links para que los vean: http://www.youtube.com/watch?v=tAVYYe87b9w&feature=fvst, http://www.youtube.com/watch?v=c3lmWuErqqY, http://www.youtube.com/watch?v=hs-tLMV8fKA.
En 1990, en la Universidad de California, en Berkeley nace el Spike and Mike's Sick & Twisted Festival of Animation, que terminó por consolidarse (ahora hacen un Festival anual y un tour por varias ciudades de Estados Unidos). De aquí saldrían grandes clásicos de la animación.
En los primeros casettes y dvd's de la colección encontramos joyas de los primeros tiempos de Tim Burton, John Lasseter (director de Toy Story), Andrew Stanton (director de Buscando a Nemo), la serie No neck joe de Craig McCracken (creador de Las Chicas Superpoderosas), The Dirdy Birdy de John R. Dilworth (creador de Coraje, el perro cobarde) y animación de Nick Park (creador de Wallace and Gromit). Pero también encontraremos a grandes estrellas dentro de la animación para adultos: el corto piloto de Beavis and Butt-Head de Mike Judge (se titula "Frog Baseball"); el corto piloto de South Park de Matt Stone y Trey Parker (se titula "The Spirit of Christmas", allí veremos un enfrentamiento a puño limpio entre Jesús y Papá Noel); Mutilator, una serie gore y de ciencia ficción de Eric Fogel (creador de Celebrity Deathmatch); varios de los cortos violentos de Happy Tree Friends de Kenn Navarro; la animación obscena y violenta de Bill Plympton (recomendable todo, si pueden busquen cortos compilados en una serie que se llama Sex and Violence); las porquerías animadas de Gregory Ecklund (la serie Lloyd's Lunchbox) y la famosa obra animada de Don Hertzfeldt (recomendables Ah, L'amour, Genre, Lily and Jim, Billy's Balloon y Rejected, que fue nominada al Óscar). Para la muestra un botón, aquí tenemos uno de los asquerosos cortos de Ecklund y dos joyas de Hertzfeldt (al parecer él es el responsable del famoso emoticón "eeee" de messenger en donde un personaje se destroza la cara contra un teclado): http://www.youtube.com/watch?v=wwiN9XhjsLQ&feature=related, http://www.youtube.com/watch?v=kYqKucJTn2c, http://www.youtube.com/watch?v=Fpc5vgi9zbM&feature=fvst.






























































El Festival ha tenido varias críticas, entre ellas las que señalan que la animación presentada es sexista, violenta, insensible y racista, pero los promotores dicen que el carácter del festival Sick and Twisted es que sea controversial y políticamente incorrecto. Para dar un último retoque a la visión de este festival les dejo dos últimas gemas y la dirección de la página (http://www.spikeandmike.com/)... ¡Preparen sus estómagos!: http://www.youtube.com/watch?v=IsARXbX_4Pg, http://www.youtube.com/watch?v=6B5xwSPVGyM.