sábado, 24 de octubre de 2009

¿PUEDE SER SEXY UN PSICÓPATA?

Lo primero sería definir qué es ser sexy. Debe ser una expresión para referirse a lo atractivo en términos sexuales. ¿Qué es atractivo en términos sexuales? Una tautología, lo atractivo en términos sexuales es lo atractivo en términos sexuales. Aquí es dónde lo concreto de cada respuesta atañe a la frase estúpida "entre gustos no hay disgustos". Pero esa conformista frase no ha podido evitar que algún enamorado asesino le arranque la cabeza a su esposa, distraída en entretener el gusto sin disgusto de un amante de pene más grande o de mejor rendimiento sexual.
Creo que lo que más atrae en términos sexuales es la selección de tiempo, espacio y sujeto-objeto de deseo. ¿Cuál debe ser el tiempo, el espacio y el sujeto-objeto de deseo apropiados para ser sexy? Otra tautología, pues el tiempo, espacio, lugar y sujeto-objeto apropiados. Ejemplos temporales: a los que les gusta tener relaciones sexuales por la noche, o desayunar tirando, el polvo al atardecer, entre otros. Ejemplos espaciales: "he soñado con tener sexo en la playa", "me gustaría follarme a mi mujer en una fábrica de conservas", "me encantó meterle el pene en la cocina", "¡Qué agradable fue fornicar en ese basurero!", "Me gustaría tener sexo contigo en esta sala de velación". Ejemplos de sujeto-objeto: "me gustan las mujeres de culo aplastado", "desde que la conocí me gustan con una teta más grande que la otra", "me gustan los hombres de testículos escurridos", "las mujeres de cara fea siempre son mejor polvo", entre mil valoraciones más. ¿En qué estado vamos con la definición de ser sexy? En ninguno. Las preferencias de atractivo sexual por diferentes razones son infinitas y similares al caos. Lo que hace que algo indeterminado se haga determinado es la preferencia de cada individuo. Sólo que la forma mágica de conquista sigue siendo un misterio, eso que llaman "química" entre parejas no es más que una inexplicable hipnosis de serpientes. Racionalizar el gusto a veces termina minando el mismo sentido del gusto.
Lo que si está claro es que el atractivo sexual es la determinación de un cierto orden en un caos. Es lo que está en la base fundamental para la explicación de la belleza: una gran sensación de armonía ("cosmos") en un gran mar de disonancias ("caos"). Esto no deja de ser una valoración moral y mentirosa del mundo, pero creo que es lo más cercano a una definición del atractivo sexual. Lo sexy es entonces un sucedáneo light de lo bello, una expresión utilizada por psicólogos de pareja y matrimonios modernísimamente aburridos.
Pero lo que realmente nos aterra de esa definición es que no está definida. El atractivo sexual es, junto con la belleza y la vida, una constante experimentación de formas en lo amorfo, una variación ordenada dentro de variaciones desordenadas. El momento justo del atractivo sexual, de lo sexy en su máxima potencia es una contradicción: tal vez no haya nada más impresionante para el conquistado que sentir lo inesperado de ese atractivo sexual, lo desconocido (es decir, la indeterminación de ese momento determinado o lo inesperado de ese momento esperado). Ejemplos de tiempo: que para alguien fiel resulte erótico poner cuernos en el momento justo de la fiesta del propio matrimonio. Ejemplos de espacio: tener sexo cerca a un pozo séptico con una persona obsesionada por los olores. Ejemplos de sujeto-objeto: una mujer bonita y ninfómana teniendo sexo con un albino deforme y maloliente, después de diez años de secuestro y que el polvo le guste más que todo el sexo que haya tenido en su vida. Los ejemplos anteriores hacen referencia a situaciones extremas. La idea es que lo sexual se estimula más con la transgresión de los propios límites. ¿O no se han visto nunca envueltos en un polvo donde al final dicen "Jueputa, yo no sabía que yo era así"?
Ese asombro final, ese "¡mierda, qué puta soy o qué cachondo soy!" no es más que el asombro por esa pulsión desordenada, que se llama sexo, organizándose en sus mil y una formas de aberraciones o preferencias. Este caos sexual se convierte en orden en el momento apropiado. ¿Cuál es el momento apropiado para ser sexy? Pues el momento apropiado para ser sexy (no basta sólo con que se pare el pene, se humedezca la vagina, se paren los pezones y todos nos pongamos rojos y calientes; basta que tengamos un polvazo inolvidable, algo que transgreda los propios límites del cuerpo aunque para transgredirlos sólo nos baste el cuerpo).
En ese momento justo, el momento apropiado (en el que lo inapropiado deja de serlo o la dualidad apropiado-inapropiado se convierte en un sinónimo divino), es en el que llega la atracción. Es algo indomable como la arrechera de un cura. La atracción sexual entonces tiene algo de místico porque logra que esas dualidades (orden-caos, atractivo-pocoatractivo, determinación-indeterminación) sean una unidad. Con esto podría explicarse la excitación de personas follando con desconocidos; las fantasías maritales o quinceañeras del admirador secreto; el sexo en el primer día de conocerse; el acceso carnal pausado y con permiso de esa prima o primo que siempre quisieron tener entre las sábanas y que sólo se dio hasta el día de las bodas de oro de los abuelos. Aquí está la belleza de la fascinación con lo inesperado.
Para dar una definición más completa de lo sexy, daré ejemplos de lo no sexy. Pertenecen a mi vida personal. Por eso diré el milagro pero no el santo. Ejemplo no sexy de tiempo: se me salió un pedo en un encuentro sexual con una mujer, ella no se dio cuenta pero yo se lo confesé (no paró de repetirme "¡Qué seba! ¡Qué seba!", supongo que era el momento apropiado para el pedo pero no para el encuentro. Y rematé, para darle más erotismo al asunto, "tranquila, es de los que ladran y no muerden"). Ejemplo no sexy de sujeto-objeto: tuve un detalle especial con una novia para pedirle perdón y muchos años después, en mi afán de originalidad, tuve el mismo detalle con otra y no surtió el mismo efecto (se me olvidaba que las personas son distintas); el día de los inocentes, pensando que una mujer me quería, hice una "pega": le dije que me iba a vivir a otro país (como yo no era el sujeto-objeto de su preferencia ya sabrán ustedes lo lamentable que resultó la broma). Estos ejemplos deberían cumplir la función de explicar un concepto antes que proponerme a mí como ser indeseable. La pretensión de este ensayo es buscar una claridad y no hacer sexy a quien lo escribe.
Definido el concepto de lo sexy vamos con el concepto de psicópata. Podríamos limitarnos a decir que psicópata es un enfermo mental. Pero esa definición básica podría ampliarse al hecho de que es un enfermo mental que en cierta medida causa un perjuicio a la sociedad. Si quisiéramos ir más allá podríamos limitarnos a dar una definición excesivamente burguesa: "psicópata es todo aquel que tiene síntomas de locura y merece ser encerrado". En esta última hasta los neuróticos en determinados momentos deberían parar en el manicomio.
Para relacionar el concepto de lo sexy con psicópatas es preciso limitarnos al caso de psicópatas asesinos (no que hayan tenido intentos de asesinato sino que efectivamente hayan asesinado). El acto de matar tiene más de una relación con el acto sexual: dejando a un lado el suicidio y la masturbación, podríamos decir que ambos se realizan entre dos o más personas (es decir, hay una intimidad, una relación amante-amado en el coito y una relación asesino-víctima en el asesinato); independientemente de que produzcan placer o dolor, ambos involucran una relación en donde la mayoría de veces el cuerpo es utilizado de alguna forma; tienen una motivación en sí mismos, en el caso del asesinato es suprimir y en el caso del sexo (sin contar con el principio de placer en sí mismo) es una función reproductiva -son funciones complementarias, procrear y destruir-. La definición misma de lo sexy es aplicable a la definición del acto psicópata de matar.
Si uno tiene la obsesión psicológica por definir perfiles mientras pasea por la calle y además es apasionado de la fisiología, podría entretenerse diciendo que tal anciano es asesino, aquella monja es ninfómana, ese niño se masturba mucho, ese gordo se acaricia el ano con una esponjilla, tal o cual personaje ha ahorcado a dos o tres, y así, hasta el infinito, atribuir personalidades injustamente como quien le pone un sombrero a alguien. Esa indeterminación también se da en el sexo, ya lo habíamos visto. Quizá no tengamos las agallas para abrirle la boca a un paseante y preguntarle si le gusta la coprofilia, así como tampoco le preguntaríamos a un asesino si las manchas de semen que tiene en el pantalón corresponden a los sobrantes de lo que dejó en una mujer asesinada y violada. El sexo y el asesinato son actos íntimos y por lo mismo inconfesables, en una época pecaminosos.
La indeterminación determinada en el asesino ya viene en el momento del crimen como tal. Así como existe el hombre y la mujer irresistibles, el momento de excitación más brutal del universo, los seductores "que nunca han sido rechazados", también es frecuente la existencia en el mundo de ese mito perverso del asesino y el crimen perfecto. De hecho este último es una gran obsesión de las novelas policíacas, casi siempre es un asesinato donde la habitación está cerrada por dentro. Pero ni los escritores ni los asesinos han podido dar con ese misterio. ¿Por qué? Porque es indeterminado. Porque los crímenes casi perfectos se parecen a la divinidad del momento en que lo determinado y lo indeterminado se unen, donde lo imposible se hace posible (y entonces es cuando suceden los crímenes jamás resueltos -jack el destripador, entre otros-, o en el amor, cuando suceden los polvos irrepetibles parecidos a la forma en como los tontos suponen que hacen el amor los ángeles, con fuegos artificiales y momentos tan parecidos a películas malas de cariño melcochudo... polvos irrepetibles).
¿Cuál es el momento perfecto para cometer un acto sexual perfecto o un crimen perfecto? Cualquier momento (es decir, la indeterminación). Pero, ¿Cualquier momento es perfecto para cometer un acto sexual perfecto o un crimen sin tacha? No, debe ser el momento apropiado (es decir, la determinación). Es algo simultáneo. Es saber elegir en el caos, es meter la mano en el río revuelto de los sueños para interpretar el mundo. Ahí es cuando el mundo de lo absurdo y de lo divino entra en la vida de los hombres. Simplemente el polvo sin mella y el crimen sin huella no tienen explicación, son así y punto. Por eso podrían considerarse hermosos si no tuvieran una connotación moral, y un perjuicio en el caso del asesinato.
Ejemplos de psicópatas asesinos. Ejemplos temporales: si el asesino mata en el tiempo adecuado no lo descubren. Ejemplos espaciales: igual que con el ejemplo de tiempo. Ejemplos de sujeto-objeto: matar a la persona apropiada para no dejar huellas; muchas veces una víctima lo suficientemente fuerte para defenderse ha ayudado a esclarecer crímenes y poner en evidencia al asesino; otras veces una víctima inoportuna ha permitido a las autoridades seguir las huellas del asesino. Ejemplos de psicópatas asesinos que se pusieron en evidencia. Ejemplos de tiempo: uno de los asesinos más famosos del mundo, Andrei Chikatilo, ucraniano, que confesó más de 53 asesinatos, fue visto por el sargento Igor Rybakov el 6 de noviembre de 1990 lavándose las manos en una fuente y una semana después encontraron un cadáver que llevaba ese tiempo de muerto (este ejemplo también valdría como ejemplo de espacio, el asesino se había librado de muchas sospechas -el semen encontrado en las víctimas no concordaba con su tipo de sangre, después se enteraron que la sangre y el semen de Chikatilo eran de distinto tipo-). Ejemplos de espacio: Issei Sagawa, el caníbal superestrella de Japón - que se comió a una holandesa y es estrella de los medios en su país-, dejó una maleta con parte del cuerpo de la mujer en un parque, no se preocupó por ocultarlo. Ejemplos de sujeto-objeto: Bob Berdella fue puesto en evidencia cuando una de sus víctimas escapó, el "carnicero de Kansas" había matado y desmembrado a seis hombres jóvenes.
En ningún momento estoy considerando el asesinato como algo hermoso, sólo trato de demostrar que las condiciones apropiadas para el acto de asesinar deben ser similares a las que se crean entre personas que se atraen sexualmente. No me atrevería a opinar que haya un aparente acto sexual entre asesino y víctima. Se dice que muchos psicópatas tienen problemas sexuales que sólo encuentran una liberación en el acto de matar, pero eso no implica que una víctima deba sentir una atracción sexual por el psicópata que la mata. Sería cuestión de resucitarla para saber sus impresiones. Sé que podrían escandalizarse con esta relación sexo-asesinato, que en otros términos podría llamarse amor-odio, vida-muerte. Pero esta relación entre sexo y muerte (eros y thanatos) tiene una base biológica: en ambos actos, tanto en el orgasmo como en la muerte, se liberan endorfinas al torrente sanguíneo que producen placer y hasta adormecimiento. Son fuentes de placer o respuestas biológicas para combatir el dolor. Por eso dicen que las experiencias cercanas a la muerte son tan placenteras.
¿Qué quiero decir con esto? ¿Que si nos encontramos con un psicópata hay que dejarse matar? El interés de este ensayo es buscar una justa valoración estética de todos esos momentos. Es decir, lo atractivo sexualmente nos atrae mientras que lo psicópata nos repele. Pero, ¿es justa la valoración que hacemos de ambas cosas? Si nos equivocamos a la hora de hacer un negocio, que exige las mismas condiciones (tiempo, espacio y sujeto-objeto), ¿no estaremos errando por prejuicios en la identificación de un hombre o una mujer sexy, así como en la caracterización del perfil de un psicópata? ¿No hemos considerado sexy a uno de esos tontos que se muerden los labios cuando le toman fotos, a una de esas pelmazas que vomitan los labios para parecer más atractivas? ¿No hemos pensado injustamente que un psicópata es un idiota de camisa de cuadros que se duerme en una fiesta o que estudia mucho para no ver revistas porno y recibir los azotes lujuriosos de unos padres opresores? Pues aunque esperar un poco para conocer mejor a alguien con problemas pueda ser peligroso (corre uno el riesgo de ganarse acosadores o ser asesinado), me parece que esas decisiones apresuradas o "paranoias" (sentirse acosado por once mil engendros o evitar untarse de personas extravagantes) pueden caer en una falta total de gusto. El hecho de apresurarse en los negocios, mirar un cuadro con despreocupación por sus matices, leer pedazos de una novela al azar (y juzgarla por puntos muertos), ver la mitad de una película esperando que le cuenten el resto, conocer a alguien por lo que le digan los demás de él(ella), ir a una obra de teatro para darse un baño de popularidad, juzgar a una persona por un error, entre otras cosas, son las formas que constituyen el estúpido juicio estético y light que caracterizan a esta sociedad nuestra que nunca tiene tiempo para nada. Por eso los productos culturales son tan mediocres. Por eso las parejas sexuales que se forman siempre son el producto de lo mismo que critican. La valoración estética de cada cosa está permeada por la falta de paciencia, por un deseo absoluto de producir lo mismo de siempre, la falta de gusto enmarcada en conceptos que suenan bonito o que le dan un sabor insípido a la cultura. Piénselo, por juicios así, tal vez tengan la ventaja de salvarse de un asesinato pero también se estarán perdiendo la oportunidad de un polvo salvaje con un hombre de manos pequeñas o una mujer que huele mal.

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